SEDA MANCHADA
Hoy se
siente atrapada de nuevo, una sensación que la asfixia meciéndola entre sus
llamas.
No existe la
luz.
Se busca a
si misma en la calma oscura del dormitorio y no halla más que el eco de sus
miedos con fuerza repudiados, pero a un paso de la superficie.
Sus miedos
(esos malditos fantasmas) están ahí recordándole constantemente que no hace más
que quemar su vida, convertirla en simple verborrea para que la gente la deje
tranquila, para que quien la quiere no se preocupe, y la verdad es que…no hay
nada, sólo vacío.
Vacío espeso
e inerte.
Se siente de
nuevo en una telaraña vital; ni avanza ni retrocede, pero cada vez se enreda
con más fuerza entre los hilos, hundiéndose poco a poco, perdiéndose cada vez
más lejos de cualquier esperanza.
Ella es seda
manchada, gris que asemeja blanco, pura bondad a los ojos de la gente, y en
realidad un supurante cúmulo de engaño y
apariencia; una sanguijuela perfectamente encubierta.
No teme ser
descubierta con ese rostro de ángel florecido, aunque sepa en el fondo (al
igual que la larva de la mosca de la fruta crece en el interior de una bella
manzana y acaba mostrando su podredumbre) que ella también marchitará al final,
mostrando el verdadero espanto que guarda su alma.
Miércoles 18 de marzo de 2015.